viernes, 22 de febrero de 2013

A veces, es a TODO o NADA.


  De chiquita, siempre me agachaba y pensaba que nadie me veía. Todo el tiempo me agachaba y hablaba sola, era la manera de decir lo que pensaba "sin nadie que me viera". Mi mamá, les decía a mis hermanos que hagan como que no me veían, porque claro era chiquita, y pasaba el tiempo así.
  Hasta que un día crecí y me di cuenta de que todo lo que pensaba, ellos lo sabían, porque si no me hacía invisible cuando me agachaba, todo lo que decía se escuchaba.
  También, cuando habían problemas, me apretaba mucho mucho las orejas, y cerraba los ojos muy fuerte, pensaba que así no iba a escuchar tanto escándalo y me iba a relajar.
A medida que crecí, me fui dando cuenta que no hay que evitar las cosas. Si hay algún problema, hay que ir y ponerle la cara. Y, decir lo que pensas a cada persona, no hace falta ser invisible, para decir lo que uno piensa, no.
  Hoy, ya casi formada, si hay algún problema voy y lo enfrento, si hay que decir lo que uno piense, así enoje o moleste, hay que decirlo. 
  Somos libres de hacer y decir, lo que uno quiere. Siempre y cuando, TU opinión no lastime a las demás personas.
  Ahora miro y veo que escribí relativamente bastante, no soy de esas personas que te llenan carillas con cosas suyas. A mi me gusta, escuchar a mis amigas, si tienen algún problema y brindarle mi ayuda, mis consejos, aunque a veces no haya consejos que resuelvan mis problemas..





Antes.


Antes yo era una nena asustada y peleadora. El me trató como una princesa, me dio cosas con las que nunca había soñado. Antes él era un nene bien, vivía en una burbuja, yo le abrí los ojos, y él me enseñó a amar. Antes él se equivocó y me rompió el corazón. Yo me equivoqué y le rompí el corazón. Antes había un carromato, en ese carromato nos perdonamos y nos comprometimos. Antes no sabía lo que era el amor, y ahora no puedo vivir sin él. 
Si uno sabe la que se viene y la puede evitar, mejor no? Si sabes de antemano que el bondi al que te subiste va a chocar, te subís? 
Si sabes que se viene un huracán, no te escondes veinte metros bajo tierra para evitarlo?
Cuando uno ve venir el kilombo tiene dos alternativas. Ir y ponerle el pecho, jugarse, o retirarse de un round que uno ya sabe desde antes que va a perder por knock out. 
Si sabes que te van a atacar mejor atacar antes, no? El que pega primero pega dos veces.
Si ves venir la piña, mejor anticiparse, no?
Si sabes que te quieren meter en cana, no es mejor escapar? ¿No dicen que si rajas servís para otra guerra?
Si sabes que te van a cortar el rostro, mejor ni tirarse a la pileta, no? Si sabes que te van a decir que no, para qué preguntar?
Pero, ¿Y si te equivocas y te retiras de la cancha pero tenías muchas chances para ganar? ¿Y si atacas antes de que te ataquen pero en realidad nadie te iba a atacar? ¿Si te escapas de gusto porque nadie te iba a encerrar en ningún lado? ¿Y si vos decís que no antes de que te corten el rostro pero en realidad el otro quería decir si? ¿Y si dejas antes de que te dejen para no sufrir? Y resulta que no te iban a dejar.




Cuando me la veo venir, cuando siento que se viene la guillotina, yo no soy de las que pone la cara para el cachetazo. Es muy cobarde, ya sé. Pero es tan grande el dolor cuando te dejan que mejor dejar antes de ser dejado.

No renuncies a tus sueños.

                           "Un día, un niño se paró ante un pensador y le pregunto:
                                           -¿De que tamaño es el universo?

                  Mientras le acariciaba la cabeza, el hombre miró hacia el infinito y le respondió:
                             -El universo tiene el tamaño de tu mundo.

                                          Perturbado, el niño indagó otra vez:
                                         -¿Y de que tamaño es mi mundo?

                                               Y el pensador le respondió:
                                           -Tiene el tamaño de tus sueños."



   Si tus sueños son pequeños, tu visión será pequeña, tus metas serán limitadas, tus blancos serán diminutos, tu camino será estrecho, tu capacidad de soportar las tormentas endeble. Ya Shakespeare dijo que: “cuando se divisan nubes los sabios visten sus mantos”. Sí la vida tiene inevitables tempestades cuando sobrevienen, los sabios preparan sus mantos invisibles: protegen sus emociones usando su inteligencia como paredes y sus sueños como techo. Los sueños infunden sentido a la existencia. Si tus sueños son frágiles, tu comida no tendrá sabor, tus primaveras no tendrán flores, tus mañanas no tendrán rocío, tu emoción no tendrá romances. La presencia de los sueños convierte a los desdichados en reyes, y la ausencia de sueños transforma a los millonarios en mendigos. La presencia de los sueños hace jóvenes a los viejos y la ausencia de sueños hace viejos a los jóvenes.


                                                                                        Por eso, NUNCA renuncies a tus Sueños.

La personalidad.


Soy tan simple como el aire, que respiras por ahí, como una noche sin estrellas, como un día sin ti. Un poco de honestidad mezclada con sinceridad, son cualidades que abundan en mi personalidad. Soy un mar de caprichos que pelean hasta el fin, un millón de ocurrencias que vienen por venir. No verás algunas cosas que guardo dentro de mí, ni escucharás lo que pienso, por qué no lo se decir. Soy como un pez, que nada sin saber lo que afuera del agua espera por él.
Creo que no queda nada por escribir, las cosas que no puse las tienes que descubrir.




Así soy yo, creo que no puedo cambiar, aunque daría lo que fuese por ser un poco más.